15 junio 2006

Lugares de Raabe: Las islas remotas

El archipiélago de las islas remotas se encuentra a pocos días de navegación de Saro, también recibe el nombre de las infinitas, por el gran número de islas que pueblan dicho archipiélago.
Hasta hace unos años, solo los pueblos indígenas, apenas avanzados tecnológica y culturalmente habitaban esta región, pero desde el comienzo de los tratados comerciales con Marnia y Misos, las islas remotas son punto de paso obligatorio para todos los navegantes .Las colonias y los puertos comerciales empiezan a surgir por doquier, para ahorrarse los altos impuestos exigidos por los puertos imperiales. Una nueva vida y sociedad está surgiendo en estas olvidadas islas.

En el año 1973, se descubren las islas remotas, por un ingenioso navegante de Saro llamado Nóloc. El contacto con los indígenas de las islas no tardó en ocurrir, y el negocio de la trata de esclavos no tardó en florecer.
Hacía el año 2300 aproximadamente, no se sabe muy bien como, se descubrieron las propiedades relajantes y alucinógenas de un tipo de planta muy habitual en las islas, la Altrabacus Iptolae, a la que el pueblo llano, no tan ducho, le dio el nombre de Hierba Remota.
El comercio de esta hierba comenzó a extenderse hacía el año 2400, numerosas plantaciones aparecían por las islas, con la mano de obra local, barata y sumisa.
Fue durante estos años cuando el imperio, al ver el volumen de negocio decidió poner un alto impuesto institucional a este tipo de tráfico, (el famoso e impopular impuesto de la hierba) para así levantar las arcas del estado. Entonces el negocio de la hierba remota desapareció del mercado convencional, convirtiéndose en fuente de ingresos de traficantes clandestinos, contrabandistas, dueños de casas de hierba remota, explotación de esclavos, y todo un oscuro submundo de corrupción y crimen organizado, que dificultaba aun más el comercio legal de esta hierba.

Según la ley imperial, un esclavo es solo el nacido de esclavo o los enemigos del imperio capturados y sentenciados a esclavitud. Este pequeño resquicio en la ley, es el que ha servido a numerosos comerciantes para generar negocio con los isleños que habitaban pacíficamente las islas.
Hasta el año 2566, los isleños lo único que hacían era esconderse y huir. Pero ese año llegó a las islas un grupo de náufragos que enseñó a algunos isleños a luchar contra los esclavistas. Desde entonces, algunas tribus, sobre todo las pertenecientes a las islas cercanas al naufragio, se han organizado y han establecido una resistencia que ha complicado y encarecido el negocio.

Actualmente, aunque las islas remotas se consideran bajo dominio imperial, éste no demuestra mucho interés, pues no existe presencia administrativa, judicial, o militar en el archipiélago.
Tampoco existe cartografía documentada u oficial de este archipiélago, aunque empiezan a desarrollarse los primeros proyectos propuestos por aventureros y exploradores, que evitaría naufragios o accidentes innecesarios. Algunos mapas extraoficiales circulan entre los pilotos de navíos que se aventuran en las islas, pero carecen de rigor, y solo un loco se fiaría ciegamente de ellos.

Una Nueva era
Las islas se han convertido en el punto de paso de todos los barcos que siguen la ruta comercial entre Misos y Raabe. Estas islas son el ultimo pedazo de tierra que verán en más de un mes, los marinos que parten de Raabe. Por otro lado es el primer pedazo de tierra que verán tras su larga travesía los viajeros provenientes de Misos.
Esto está generando un floreciente comercio en las islas. Ricos terratenientes, están fundando puertos comerciales donde adquirir mercancías a bajo coste, pues no pagan los impuestos imperiales.
El Imperio actualmente está demasiado ocupado con sus fronteras interiores, como para plantear alguna solución a los problemas intrínsecos que surgen de esta situación.

Adelante, ¡oh viajero!, coge el primer barco que salga de Saro y navega rumbo a las Islas Remotas, el nuevo paraíso, sumérgete en sus azules aguas infestadas de tiburones. Túmbate en sus playas de arena blanca, hogar del escorpión de playa y de la hormiga azul. Pasea por sus frondosas y verdes selvas atestadas de dragones chupasangre, y monos comeojos. O, si nada de esto te convence, no dudes en pasar por la lejana isla de Noroepu, y visita alguna aldea de indígenas antropófagos...

Lugares de Raabe: Saro

Saro, con una población que se acerca a los 30.000 habitantes, es la tercera ciudad más grande del Imperio, por detrás de Drak y Sagetra. Su situación alejada del núcleo del Imperio le han dado independencia suficiente para administrarse política, económica y socialmente.

La ciudad fue fundada hace más de 2000 años por Mael I, el primer emperador del Imperio. Situada en la desembocadura del río Limo, se convertiría en capital del Imperio hasta el año 2188, que se traslado a Drak.

En sus orígenes solo era un fuerte permanente del Imperio, donde se albergó la segunda legión. Poco a poco el fuerte se fue llenando con los legionarios licenciados, sus familias, luego con los comerciantes y buhoneros, hasta que las casas que se agrupaban en el exterior del fuerte tomaron entidad propia. En el año 60AI (antes del imperio), su puerto era considerado el más grande de todo Raabe. En el año 45AI, se construyó la primera muralla, para defenderse de los ataques de los bárbaros de las montañas. En el año cero, Mael I la nombro como la capital de su Imperio. En el año 434 (después de la fundación del imperio), el crecimiento constante de la ciudad desplazó el fuerte a otra ubicación más alejada, y en el año 856 se levantó la segunda muralla, tal y donde se encuentran en la actualidad. En el año 1897, la ciudad fue atacada y casi devastada por las fuerzas de la oscuridad en la Guerra del loco, sufriendo un asedio de casi un año, afortunadamente Iloran fue derrotado y sus servidores volvieron a los oscuros túneles de los que emergieron.
Cuando la capital del Imperio se traslado a Drak, la segunda legión, asociada desde siempre al emperador, también se trasladó. Desde entonces fue la octava legión la que ocupó el fuerte. Tras la última invasión por parte de los bárbaros, la octava legión también abandonó el fuerte, situándose en posiciones más estratégicas en las inmediaciones de la frontera.

Durante todos estos años, la ciudad a sufrido cuatro invasiones, 12 inundaciones, un terremoto y 3 incendios. Pero siempre, después de cada catástrofe, la ciudad y sus gentes resurgían con nuevas y renovadas fuerzas.

En la actualidad, Dívimus Reticus es la cabeza visible y teórica máxima autoridad en Saro. Aunque el gobierno de la ciudad está lejos de recaer en una sola persona. El consejo, formado por cientos de políticos, (pretores) agrupados en diferentes facciones (o partidos), dirige el destino de la ciudad y de los que en ella habitan.

Los lugares más destacables de Saro, son la ciudadela del Gobernador, una isla fortificada en medio del río donde el gobernador tiene su palacio. El gran puente, una impresionante obra arquitectónica de piedra que cruza el río uniendo ambas partes de la ciudad, aun hoy los estudiosos se preguntan como no se hunde por su propio peso. Los restos abandonados del fuerte de la legión, como símbolo del poder del Imperio sobre la ciudad, ahora en decadencia. El laberinto es una zona de la ciudad donde las leyes del urbanismo fueron olvidadas momentáneamente, existiendo calles que no llevan a ningun sitio, calles sobre casas, casas sobre calles, patios inaccesibles, callejones subterráneos, casas sin entrada, un horror poco recomendable para pasear, especialmente si el sol se ha ocultado tras el horizonte.

Los límites de la ciudad fueron rebasados hace ya tiempo, existiendo todo un núcleo urbano pegado al exterior de las murallas extendiendo la superficie real de la ciudad. En esta zona llamada la ciudad exterior, habitan las personas con menos recursos, los desahuciados, los nómadas, leprosos, criminales buscados, y ralea similar.

Saro también fue famosa en su momento por la extensa red de crimen organizado que se movía por ella, pero desde que la octava legión se marchó, todo eso cambió bastante, lo que hace presuponer que el antiguo general de la legión tenía bastantes asuntos con estas organizaciones.

Cuando parecía que Saro estaba condenada al olvido por su cada vez menos importante participación en los asuntos de la capital, un nuevo acontecimiento ha despertado de nuevo el interés por esta ciudad. Hace apenas unos meses, unos barcos extraños, llegaron al puerto de Raabe, provenían de un continente alejado varios meses de navegación al noreste de Raabe. Parece que los países a los que representaban buscaban establecer tratados comerciales. Esto ha despertado el interés del Imperio por el desarrollo comercial y naval, aparte de obtener una nueva fuente de ingresos.

Todo esto no es más que una pequeña introducción sobre esta mágica ciudad, si deseas conocerla más a fondo, no seas cobarde y aventúrate en el interior de sus muros... después de esperar la cola como todo el mundo.

08 junio 2006

Criaturas de Raabe: Kraan

Hoy describiremos otra de las criaturas sirvientes de la oscuridad, las monturas aladas del sin nombre. Señoras y señores, con ustedes:

El Kraan

Estos engendros alados, de piel negra y escamosa, afiladas garras y poderoso pico, suelen ser utilizados como transporte aéreo y en misiones de reconocimiento. Además, existe un numeroso grupo de estas criaturas entrenadas para servir de montura a jinetes en combate. Durante una batalla, su característico chillido agudo no vaticina nada bueno

El Kraan es una criatura con muy mal humor, la mayoría son criadas en cautividad, y alimentadas desde que nacen con carne humana. Se las entrena para no asustarse en el fragor de la batalla, y para obedecen ciegamente a su jinete, el cual a su vez debe estar correctamente entrenado, pues montar un Kraan sin saber puede ocasionar una herida grave por un mordisco.

Un Kraan tiene fuerza suficiente para agarrar a un hombre con sus garras, y alzar el vuelo, y así, cuando se encuentra a una altura suficiente, arrojarlo de nuevo contra el suelo. De esta manera disponen de carne fresca recién muerta.

Un Kraan normal tiene una longitud de poco más de tres metros, y una envergadura de alas de cuatro metros, y pesan en torno a 300 kilos. Aunque existen exploradores que aseguran haber visto algunas de estas bestias aladas de más de 10 metros de longitud.

A continuación se exponen las características básicas para el GURPS.

FU 50
DS 12
IN 3
VG 15/20

Velocidad: 5
Velocidad de vuelo: 18
Esquiva: 6/9
Tamaño: 3 Hexágonos
DP: 1
RD: 2
Techo de vuelo: 2000 metros
Peso: 300Kg.

Pico: 12 (2D+2 Contundente)
Garras: 12 (2D+2 Corte)
Volar: 15

Capacidad de carga
Nula: Hasta 50Kg. (velocidad 18)
Ligera: Hasta 150Kg. (velocidad 14)
Media: Hasta 250Kg. (velocidad 10)

Poseen visión nocturna.


Y esto amigos míos es lo que encontrareis por los cielos de Raabe cuando el sin nombre acabe con vuestra fútil resistencia...

01 junio 2006

Crónica: Es la hora de volver


Los dos norteños yacían incoscientes en el suelo, el monje se había encargado de curar sus heridas para evitar que se desangraran hasta la muerte, aunque en su fuero interno dudaba de si eso había sido un acto de piedad o una crueldad mayúscula.
El mulo miraba a ambos con ojos de depredador, sin dejar de afilar sus cuchillos. Wotan, no paraba de preguntar - ¿se han despertado, ya? -, con el cuchillo en la mano, indicando que su pregunta no simbolizaba preocupación por la salud de los heridos. Pero el que más inquietaba al monje, era Cornellius, pues miraba de reojo a los norteños tendidos en el suelo con una siniestra sonrisa, que se transformaba en ocasiones en una risilla nerviosa.

Por fin, los dos jinetes norteños recuperaron la consciencia y más les valdría no haber despertado nunca, pues lo que sucedió a continuación no lo podían haber imaginado ni en sus peores pesadillas.
Tras ser interrogados y amenazados, los dos prisioneros contaron que pertenecían al clan Grejeon, siempre fiel al clan Findal, iban de Lakoburgo a los dominios de su clan. Pero hasta aquí duraron las bondades, se acabó el interrogatorio, y comenzaron los golpes, amenazas psicológicas, culminando toda la sesión, en un horrible ritual sádico perpetrado por Cornellius, donde las lenguas de ambos hombres fueron cruelmente cortadas. El monje poco pudo hacer, salvo cauterizar sus heridas para, una vez, más impedir su pronta muerte.

El siguiente paso, era retomar la marcha para alcanzar al grupo de Giaks con los prisioneros, pues ahora contaban con caballos y previsiblemente antes de anochecer podrían encontrarse con ellos. El que hacer en ese momento era algo en lo que preferían no pensar. Se llevaron consigo todos los caballos de los norteños así como a los prisioneros por si llegado el momento era necesario negociar.

Es de mención notar que tanto Wotan, como el monje, solo habían visto caballos de lejos, nunca antes habían montado en uno. Pero pese a algunos percances iniciales, lograron ensillar y comenzar la marcha.

KraanCuando apenás llevaban unas horas montando, un enorme pájaro infernal apareció desde el horizonte. Realizó un par de vueltas de reconocimiento a gran altura, siguiendo su camino hacía el oeste. Pero entonces, para sorpresa de todos, el mulo, sacó una cornetilla que había robado a un Giak hace unos días, y comenzó a hacerla sonar, a la vez que hacía numerosos aspavientos. El gran pájaro giró y volvió ha girar en grandes círculos sobre el grupo de jinetes, solo que esta vez a menor altura. Debido a la inclinación del pájaro, pudieron comprobar que iba montado por una criatura humanoide, de siniestro aspecto. Tras unos instantes de tensión, el pájaro emitió un penetrante chillido y partió rumbo norte, hacia Lakoburgo, el lugar desde donde presumiblemente había venido.
Es facil suponer que los más de dos metros de altura y su siempre amenazante aspecto, disuadieron al resto del grupo a preguntar al mulo porqué había hecho semejante tontería, igual es debido al estrés de guerra.

Unas horas después acabaron alcanzando al grupo de Giaks, cuyo número había aumentado a lo largo de los días conforme se le iban uniendo diferentes grupos. Ahora se contaban por varias decenas, yendo casi la mitad de ellos montados a lomos de lobos infernales.
Conforme el grupo se acercaba a los Giaks, estos comenzaron a aminorar la marcha y a formar en círculo en previsión de cualquier incidencia, dejando a los prisioneros que aún vivían en el centro.
Manteniendo en todo momento las distancias, el mulo comenzó a lanzar imprecaciones, a los Giaks buscando que estos abandonaran la seguridad de la formación, en un ataque, a ser posible, solitario y suicida contra el enorme jinete montado a caballo.
En varias ocasiones los Giaks intentaron avanzar para encontrarse con el grupo, pero estos siempre mantuvieron una distancia prudencial. Wotan intentó acertar con sus flechas a alguno de los líderes Giaks, pero sin demasiado éxito, éstos por su parte aprovecharon también un par de momentos para lanzar una andanada de saetas con sus ballesteros, pero también con poco éxito.
En uno de los avances de los Giaks, nuestros “héroes” decidieron que sus prisioneros se bajaran del caballo. Pese a los intentos de negarse de estos, fueron cruelmente abandonados. Y así, atados, mutilados, y malheridos, fueron masacrados por los primeros lobos infernales que les dieron alcance, poniendo fin a su sufrimiento para siempre.
Cuando el sol estaba cerca de ocultarse, se decidió, sabiamente, que no era conveniente estar cerca cuando se hiciera de noche. Por lo que comenzaron a marcharse, pero el joven Wotan no pudo reprimir su impulso hormonal, y decidió hacer una rápida cabalgada a lomo de su caballo acercándose lo más posible al nutrido grupo de enemigos, a ver si entre los presos podría ver a su amiga. Cuando creyó haberla visto, y ya se volvía una andanada de saetas salió disparada en su dirección con la mala fortuna de que una le acertó en la pierna y otra en plena cara, eso junto con su inexperiencia como jinete provocaron que cayera al suelo, quedando ahí aturdido y medio muerto.
Un enorme aullido de alegría multitudinario salió del grupo de Giaks, del que unos cuantos Lobos Infernales salieron raudos a cazar a su nueva presa.
Los compañeros de Wotan sin pensárselo dos veces, emprendieron a su vez una carrera para alcanzar a éste antes que los lobos. Wotan aturdido comenzó a correr en dirección a sus amigos, pero cuando apenas llevaba unas pocas decenas de metros, cayó inconsciente debido a sus graves heridas.
El mulo, fue el primero en llegar, su enorme tamaño le fue de gran ayuda para agarrar a Wotan por el cinto y subirlo a la montura. Instantes después llegaron los lobos, con los que se cruzó esquivando las lanzas de sus jinetes. Cornellius, y el monje también se cruzaron con el grupo de los lobos, pero sin sufrir bajas por ninguna de las partes. Afortunadamente la mayor rapidez de los caballos frente a la de los lobos, les permitió poner tierra de por medio.

Y así llegó la noche, el monje curó como pudo las heridas de Wotan, pero este aun permanecería inconsciente unas horas más. La excelente visión en la oscuridad que posee el monje, les permitiría seguir avanzando, por lo que decidieron seguir la marcha por si los Giaks, habían mandado un grupo en su busca.
Fue una vez más, gracias al monje, que pudieron prevenirse, al ver éste, contrastadas con las estrellas un grupo de pájaros gigantes como el que habían visto el día anterior. Permanecieron ocultos bajo una estructura rocosa, hasta que los pájaros descendieron. Durante este tiempo Wotan se despertó pero aun dolorido y aturdido. Entonces decidieron proseguir la marcha. Al poco rato a unas pocas decenas de metros, destacada contra el horizonte, en una agrupación de rocas el monje vio la silueta humanoide y encapuchada. Cuando se disponía a avisar a sus compañeros, notó una desagradable sensación dentro de su cerebro, como si unos siniestros dedos hurgaran en su cabeza buscando donde existía un punto débil. Sin pensárselo dos veces, corrió hacia las rocas gritando, la silueta desapareció tras éstas, para momentos después salir montada sobre el enorme pájaro. El monje arrojó su lanza que rajó una de las alas de la enorme criatura, cayendo ésta y su jinete de nuevo al suelo.
Mientras tanto el resto del grupo encendió una antorcha rápida que tenían preparada para poder ver en caso de un ataque nocturno.
Cuando el monje llegó a las rocas de repente una extraña y sobrenatural oscuridad cubrió la zona, no permitiendo ver nada de lo que había en el interior. Decidió permanecer a la espera por si ocurría algo, y ocurrió que el mulo se introdujo en dicha oscuridad gritando como un loco. VordakTambién él notó esa extraña sensación dentro de su cabeza, pero se centró en golpear sin mirar en todas direcciones, entonces durante un instante, un ser con un cráneo pelado donde debería haber una cabeza apareció y le propinó un certero golpe en la pierna. En ese momento el mulo, invocó a su dios, y éste le otorgó la destreza necesaria para propinar un certero golpe en el cráneo de la criatura, rompiéndolo en pedazos. Y la oscuridad volvió mientras caía al suelo.

El resto del grupo dio buena cuenta del pájaro gigante, y el monje, tras concentrarse un rato decidió entrar de nuevo en la oscuridad para enfrentarse a la criatura si aún continuaba con vida. Así permanecieron varios minutos, rodeando la misteriosa área de oscuridad, hasta que de repente, igual que vino, se fue, volviendo a estar claramente iluminada por la luz de las antorchas. Buscando el cuerpo que había golpeado al mulo, solo encontraron una gran gema roja que Cornellius rápidamente cogió.
Tras examinarla durante un rato decidió que lo mejor era romperla, por lo que la estrelló contra una roca. El mulo se guardó los pedazos como recuerdo.
El monje volvió a usar de sus artes curando milagrosamente la pierna herida del mulo, pudiendo éste andar de nuevo y proseguir la marcha.

Pocas horas antes del amanecer, llegaron al linde del bosque, donde permanecieron descansando, hasta que se hizo de día. Cuando despuntó el alba, a lo lejos pudieron ver como otros tres pájaros gigantes, alzaban el vuelo, girando y explorando la zona, hasta que descendieron todos en un punto probablemente cercano al encuentro con su siniestro compañero. Poco después volvieron a alzar el vuelo, permaneciendo en la zona girando y al acecho, aunque una de las criaturas volvió hacia Lakoburgo. Un poco más protegidos por la cobertura de los árboles, siguieron camino hacia el Imperio, parece que tanta guerra y muerte, por fin les había agotado.

Así pues, volvieron por donde habían venido, eso si, esta vez a caballo. Avanzaron por senderos y caminos de los guardabosques, evitando en la medida de lo posible ser vistos. Para pasar desapercibidos todos embrazaron los escudos de los norteños asesinados, y el mulo se puso un yelmo, así como los guantes y la capa, para ocultar su caracterísitico color de piel.
Durante el camino Wotan preguntó a sus compañeros si les importaría que pasasen por el castillo del señor de su clan, para comprobar si su padre sigue con vida. Nadie puso inconvenientes.
Parece ser que durante los últimos meses, el padre de Wotan, había ascendido al cargo de castellano del bastión del clan Deurentyr, llamado “Tres Torres”, desde allí, simulando ser fiel al clan, organizaba a los rebeldes que se oponían a los planes del clan Findal, avisando siempre que podía de nuevas partidas de caza o de caravanas importantes para ser atacadas.
Pero tras el ataque al campamento de los rebeldes (ver capítulo anterior) Wotan lleva temiéndose lo peor.

Ocho días después llegaron a una encrucijada desde la que se llegaba a Tres Torres, el camino subía hacia las montañas, a media tarde llegaron a un siniestro lugar dominado por dos cabezas clavadas en estacas a cada lado del camino, que a partir de aqui estaba toscamente empedrado. Conforme subían, el frío era cada vez mayor, y comenzaban a aparecer pequeñas manchas de nieve. De vez en cuando una cabeza empalada señalaba siniestramente algún hito en el camino. Por fin cuando la tarde ya caía, llegaron a la fortaleza. Una enorme mole de piedra oscura, descansaba sobre la ladera vertical de una montaña, tres torres destacaban, todas distintas en tamaño y forma, como construidas en distintos momentos de la historia, el silencio y el frio eran la nota predominante.-¿Quién va? – gritó alguien desde las almenas sobre la puerta.
- Pertenecemos al clan Grejeon, y vamos de camino. Pedimos hospitalidad para pasar la noche.- Gritó Wotan.
De nuevo el silencio dominó la escena, Wotan aguzó la vista para observar detenidamente los muros, sobre ellos en sendas estacas había más cabezas, y una de ellas le era conocida, la cabeza de su padre. Beric Wodgroy, del clan Wodgroy...
En ese momento las puertas de la fortaleza comenzaron a abrirse con un profundo chirriar.

Cuatro hombres armados aparecieron a cada lado de la puerta, en sus escudos pintados de amarillo destacaban dos alas rojas. Un quinto hombre comenzó a andar pasando entre ellos en dirección al peculiar grupo que esperaba en la puerta, su gesto era conciliador. –Los hombres de Grejeon siempre son bienvenidos. Pasad y descansad esta noche en paz en esta, la casa Deurentyr....