03 noviembre 2006

Crónica: Un día aciago

Hoy es un día aciago, en días como este, mi labor como cronista supone un gran pesar al tener que rememorar los tristes acontecimientos acaecidos aquella fría noche en el monte Morguelo...

...Habíamos dejado a nuestros héroes entrando en la imponente fortaleza de las Tres Torres, precedidos por el castellano de la fortaleza y algunos de sus hombres. Taón Uldayr- Dejad vuestros caballos en nuestros establos, y pasad a la torre para que nuestro señor os de la bienvenida.- dijo el castellano mientras señalaba hacia una imponente mole de piedra negra pegada al corte de la montaña. - Por cierto, mi nombre es Taón Uldayr.

Dicho y hecho, nuestros amigos dejaron los caballos en los prácticamente desiertos establos del castillo, donde un tal Alger y un pequeño bribón llamado Ratón, se encargaron de proporcionarles forraje y un buen cepillado.
Mientras estiraban los musculos agarrotados por el largo viaje, echaron un vistazo a la fortaleza.
La enorme pared casi vertical del monte Morguelo proyecta su sombra sobre toda la extensión de la fortaleza, los graznidos de los cuervos que revolotean alrededor de la más alta de las tres torres, a la izquierda de los establos, es el sonido predominante. Unos pocos soldados miran con curiosidad mientras se arrebujan en sus gruesos abrigos, en lo alto de la muralla que une las tres torres.
La torre señalada por el castellano, era menos alta que la torre de los cuervos, pero mucho más robusta, es sin duda el centro neuralgico de la fortaleza, una agrupación de viviendas al pie de la misma, indican la presencia de los vasallos del clan que prestan sus servicios a cambio de la protección de los altos muros.
También la cilindrica estructura de la torre de los cuervos, tiene a sus pies lo que parece un taller lleno de herramientas de carpintería y herrería.
También destaca en el centro del espacio entre murallas, el templo dedicado a la unidad, donde una solitaría figura, barre los escalones apartando eficazmente la nieve acumulada.

Una vez se aseguraron de que sus animales estaban en buenas manos, acudieron a su cita en la enorme torre. La entrada se encontraba a la altura del muro, subieron hasta encontrarse con el majestuoso paisaje de los verdes bosques al norte de las montañas y por una apertura abierta a modo de puerta en las gruesas paredes de la torre.
El salón de la entrada tenía el aspecto de estar medio abandonado, el polvo acumulado y la puerta principal cerrada, daba la idea de que hacía tiempo que no se utilizaba. Taón les indicó que pasaran por una puerta en uno de los lados dando paso a una inmensa estancia utilizada solo en parte, pues unos telones enormes a la izquierda clausuraban más de la mitad del espacio.
En un improvisado trono, sobre un estrado se encontraba un niño de apenas 15 años, junto a el de pie apoyado sobre un bastón, un anciano de mirada penetrante. A pocos metros sentada en otro sillón, se encuentra también una niña, con un parecido claro con el niño que indica algún tipo de parentesco. También sobre el estrado se encuentran dos capitanes de la escasa guarnición restante del castillo así como el jefe de la misma, y una atractiva joven sentada junto a la niña.

Resulta que el señor del clan y la mayor parte de sus hombres, más de 300, marcharon a Lakoburgo, dejando a los que ahora estaban ante ellos al mando de la fortaleza. Una reducida guarnición, y el servicio del castillo es todo lo que queda del esplendor del clan Deurentyr. Vor Vushep Findal está reuniendo un gran ejercito en Lakobrugo para acabar primero con el clan Bertyris, luego el resto de los clanes, y así quedar en disposición de finalmente terminar con el infiel.
El niño, Derrik, es el cuarto hijo del señor, y se mostraba entusiasmado con las noticias que sus supuestos aliados pudieran traer sobre su padre o la guerra.
Wotan empezó a farfullar alguna invención para contentar al niño cuando se vió interrumpido por unos gritos provenientes del fondo de la sala.
Blesia FelgundUna mujer vestida de negro con la vista algo perdida señalaba hacia el grupo y gritaba -Impostor!, Impostor!
Rápidamente, la joven sentada en el estrado, y un par de soldados, se acercaron a ella y con palabras amables la sacaron de la estancia.
-Debeis disculpar a mi tía Blesia- comentó Derrik. Desde que mi tío murió la pobre perdió la cabeza y no sabe lo que dice.
El anciano que se encontraba junto a Derrik, se acercó a él y le susurro algo al oido, tras lo que dijo - Quiero celebrar un banquete en honor a nuestros invitados, esta noche correrá el vino y la carne para celebrar su estancia en nuestros dominios.

La propuesta entusiasmo a nuestros amigos, pues la perspectiva de una comida caliente y abundante, después de tantos meses a base de carne seca, pequeñas bayas, y roedores, resultaba cuanto menos tentadora. Wotam que se hacía pasar por un Vor del clan Grejeon, fué invitado a elegir un aposento en la segunda planta de la torre, mientras que su séquito de guerreros, podría descansar en la torre de la guarnición.

Se dieron un baño caliente, y pasearon por la fortaleza mientras esperaban la pitanza. El Mulo acudió a la marroquinería para ver si podía empezar a curtir las pieles de troll que lleva consigo. Cornellius limpió y afiló sus armas en la herrería. El monje paseó y habló con algunos de los sirvientes de la fortaleza, uniendose más tarde al mulo en la marroquinería. Y Wotam disfrutó del lujo de su habitación y entabló una tranquila charla con el jefe de la guarnición, un viejo noble llamado Polash Laortas.Polash Laortas
Cabe destacar la conversación que tuvo Cornellius con Ratón, el pequeño mozo de los establos, según le dijo éste, había espiritus bajo la iglesia, en la cripta, los espíritus de los antiguos señores, y que la otra noche vió unas luces, probablemente uno de los espiritus, en la pared del monte, a más de 100 metros de altura sobre la fortaleza. La perspectiva de encuentros con seres de otro mundo agradó mucho a Cornellius...

El monje y Wotam idearon un plan para conseguir la cabeza del padre del segundo, que recordemos se encontraba en una pica en el muro sobre la puerta de la fortaleza, y poder así darle un entierro honroso.

Y por fin llegó la noche, y comenzó la fiesta, la comida y el vino corrieron a mansalva, Wotam contó muchas historias al pequeño Derrik, Mulo, Cornellius y el Monje, disfrutaron de la cena y de la compañía, en un momento dado, una de las hijas del cocinero, que servía vino por las mesas, se acercó al monje y le susurró un mensaje al oido, -Alguien interesado en saber porqué un monje dragón se ha unido al clan Grejeon, quiere verte en la entrada de la cripta, cuando Olgar comience a cantar .
El monje usó a la misma niña para avisar a Wotam, que se sentaba en la mesa de los nobles, que saliera un momento fuera. Allí pudieron hablar libremente, y pensar en su próximo movimiento. Al rato de estar fuera discutiendo que hacer, el tumulto de numerosas jarras golpeando las mesas anunciaba que Olgar comenzaba a cantar, había que actuar. Wotam volvió a entrar al banquete para avisar a los otros de que debían ir a la Cripta.
Mientras, el monje supuso que la cripta se encontraría bajo el templo de la Unidad y acudió discretamente hacia allí. Al poco llegaron Cornellius y Mulo, Wotan se había quedado en el banquete para no levantar sospechas.
Decidieron que entrase primero el monje quedandose nuestros otros dos amigos fuera por si había problemas. Efectivamente en el interior del templo, existían unas escaleras que descendían y allí se encontraba el anciano consejero del pequeño Derrik. - Por fin!, crei que no vendrías nunca. - El anciano de nombre Eldrodden, aclaró que no albergaba intenciones hostiles hacia él o su grupo, siempre que ellos se comportaran de manera similar con su clan. - Sólo quería intercambiar información, algo escaso en estos tiempos extraños, acompañadme a mi torre donde estaremos más confortables y tranquilos, alejados de posibles espectadores "casuales".
EldroddenAsí pues se encaminaron hacía la alta torre que se encontraba enfrente de la torre donde se celebraba el banquete, uniendose a ellos Wotan, que por fin se había quedado libre, al retirarse todos los nobles que se sentaban a su lado.
Algo extrañó y alarmó al grupo momentos antes de entrar en la torre, una pequeña luz se veía en la pared vertical del monte Morguelo, justo encima de la torre del homenaje. Cornellius, se entusiasmo, al considerara que debían ser los espíritus de los que le habó el pequeño Ratón.
En la segunda planta de la torre, al calor de la chimenea, hablaron largo y tendido aclarando puntos, para resumir, expondré los puntos que expuso el anciano Eldrodden

  • [...]Hace muchos meses, el clan Findal convocó una reunión de todos los jefes de clan, para estudiar como tratar el tema de los Giaks. A la vuelta de aquella, el señor de Tres Torres, Bresian Deurentyr volvió raro. Al principio crei que se debía al pesar que sentía por la muerte de su hermano Regor durante dicho viaje, un jabalí salvaje le atacó derribandolo de su caballo... Ya no me consultaba tanto como antes.

  • Vushep, lider del clan Findal, está preparando un gran ejercito en Lakoburgo, se estan organizando para acabar con la resistencia de las demás casas y poder así acabar con el infiel "imperio". Y requería de tropas de todos los clanes aliados.

  • La esposa de Bresian, ponía objeciones a la guerra, no veía bien que para derrotar al infiel hubiera que unirse a esas pestilentes criaturas. Ella era muy creyente, y acudía mucho a la iglesia. El pastor y ella presionaban mucho al señor. Una noche la esposa de Bresian apareció al pie de la torre, había caído desde lo alto. Fue una noche tormentosa, pero aún así resulta muy extraño. Algunos rumores hablaban de suicidio. El pastor de la unidad también murió de una extraña enfermedad, nunca había visto nada similar, murió muy rápidamente, sospecho que algún tipo de veneno contaminaba su sangre, pero me guarde mucho de expresar mis sospechas[...]

  • [...]Los aliados de nuestro clan presionaban a Bresian para que no aceptara unirse a esa cruzada oscura. Finalmente, Bresian se decidió a organizar una reunión de todas nuestras casas aliadas, para decidir si se mantenía la alianza con Findal o no. Durante la reunión, se habló sobre esto, mientras se bebía y comía, y cuando ya todos estaban confiados, ahítos, y medio borrachos. Los que estaban expresando opiniones en contra fueron capturados y ejecutados, sin derecho a una muerte digna, decapitados, algo totalmente en contra de las sagradas normas de la hospitalidad, el clan está maldito por ello. Fueron unos días horribles. Los que permanecieron fieles, se unieron aun más, aterrados ante las consecuencias de cambiar de idea. Uno de los ajusticiados, era el antiguo castellano, entonces el guardabosques Beric Wodgroy, tu padre Wotan fue colocado en su puesto.[...]

  • [...]El grueso de las tropas de nuestra casa, partieron hace días camino de Lakoburgo para servir al señor Vushep. Tal y como indica nuestro pacto de alianza. El señor, sus tres herederos, y el grueso de sus Vor, así como más de trescientos guerreros.[...]

  • [...]Las casas de los "traidores" fueron perseguidas sin piedad. Pero también se unieron entre si, para aumentar sus posibilidades de supervivencia. Este grupo se anticipaban a los movimientos organizados por Bresian, y siempre salían airosos de todas las trampas y emboscadas, finalmente se descubrió que tu padre ayudaba a esta banda, y fue torturado hasta que confesó para ser ajusticiado pocos días despues.[...]

  • [...]Por lo que sé en la mayoría de las casas aliadas del clan Findal, se cuentan historias parecidas a la nuestra. Pero nadie sabe que sucede exactamente, nadie que haya ido a Lakoburgo ha vuelto, todos se han quedado allí, por eso estamos ansiosos de noticias. Mis cuervos no llegan hasta allí, no me puedo comunicar con los consejeros de aquella zona.[..]

  • [...]Esa extraña luz en lo alto del monte, me preocupa, pues parecen proceder de la escalera del cielo, una antigua y abandonada escalera excavada en la roca que asciende hasta lo alto del monte. Allí arriba no hay nada, salvo las antiguas ruinas de la fortaleza[...]


Una vez el anciano terminó de exponer sus pobres conocimientos sobre la situación Acromion (el monje), y el Mulo, expusieron los suyos, para intentar plantear una estrategia a seguir. A modo de conclusión Mulo decidió que quería infiltrarse en las tropas de Vushep y así poder averiguar que ocurre, y avisar o intervenir en caso de que hiciera falta. Pero para ello antes debían poner estos conocimientos en manos del imperio y del resto de consejeros de los clanes del norte, para actuar con premeditación y un leve respaldo.
Eldrodden, accedió a dejarles unos cuantos de sus cuervos para poder enviarlos con mensajes cuando averiguasen algo.
Una vez terminada la charla, decidieron acudir a investigar la misteriosa luz en el monte, el viejo les explicó donde se encontraba la escalera, y el mejor modo de llegar a la azotea de la torre, evitando ser vistos por los guardias, dicho y hecho, Mulo, Cornellius y Wotan llegaron primero, pues Acromion fue a por su equipo a los establos.
Mulo y Cornellius estaban impacientes por subir, la escalera desgastada por los fuertes vientos, y resvaladiza por el intenso frio, no daba sensación de seguridad, pero pese a todo decidieron comenzar a subir, para asegurarse, se unieron por la cintura con una cuerda.
Así pues comenzaron la escalada, con un sorprendido Wotan mirando desde abajo, cuando llevaban varios minutos subiendo y apenas eran un punto de luz en la pared de la montaña, cuando un desafortunado resbalón provocó la caida de Mulo al vacío - GONGARRRRRRR!!!!! - gritaba mientras intentaba aferrarse a la pared casi vertical del monte. Cornellius, en un acto de desmedida valentía o incosciencia, afianzó los pies y agarró la cuerda intentando sostener al compañero caido, pero cuando sucedió el tirón también salió disparado al vacío. Y así ambos compañeros, cayeron y cayeron, golpeandose repetidas veces con la pared, hasta que al final el techo del torreón detuvo la caida. Sorprendentemente aun podían articular palabra, aunque yacían en una psotura grotesca con varios huesos rotos. A los pocos minutos, llegó Acromion, e intentó realizar una de sus curaciones, empezando por El Mulo que se encontraba bastante más dañado. Impuso sus manos y el Mulo cayó en una tranquila incosciencia mientras parte de sus heridas comenzaban a sanar. El monje vió que poco podía hacer con ellos allí así que llamó a uno de los centinelas, para que le ayudaran a bajar los cuerpos destrozados de sus compañeros. Mientras esto sucedía, Wotan decidió subir por la escalera.
Cuando Acromion se aseguró de que la gente del castillo se haría cargo de los compañeros caidos, siguió los pasos de Wotan, subiendo también por la escalera al cielo.
Primero Wotan y más tarde Acromion, llegaron a lo más alto del monte Morguelo, donde aparte del viento, nada más se oía. A cierta distancia se veía una luz de una linterna resguardada del fuerte viento por los restos en ruinas de alguna construcción ancestral. Apoyado contra uno de los restos, se encontraba una figura encapuchada. Nuestros amigos decidieron acercarse para intentar verlo mejor, cuando se encontraban a escasos 20 metros, Wotan, dió un mal pie, haciendo que un grupo de guijarros, que probablemente llevaban siglos sin moverse, cayeran, causando un estrépito suficiente como para que la figura se girara alertada, y apagase la linterna.
Nuestros héroes se ocultaron para evitar ser vistos, pero entonces una retaila de extrañas palabras y murmuraciones avecinaron lo peor, una especie de circulo de oscuridad rodeó a la figura encapuchada, revelando unos poderes más allá de la comprensión humana.
Un terror gélido y paralizante hizo presa en Wotan, más concretamente en sus intestinos, haciendole vomitar la copiosa cena.
Todos los sentidos del monje, gritaban para que saliera de allí, pero ajeno a todo ello, se aproximó al area oscura para ver si podía atacar. Del interior de la oscuridad surgió un potente rayo azulado que Acromion evitó por lo pelos al arrojarse de bruces al suelo. Con una hábil pirueta se levanto para recibir a la siniestra figura que surgió entre las sombras pocos segundos después. HELGHASTLa figura empuñaba una espada, y su rostro era lo más horrible que el monje había visto nunca, rápidamente comenzó el combate, y Acromion asestó a la criatura un buen número de golpes capaces de matar a un oso, pero la criatura que parecía ignorarlos todos, atacaba una y otra vez, intentando ensartar al monje en la punta de su espada. Unos pocos segundos más y Acromion notaría el cansancio, afortunadamente, Wotan, se superó su terror y atacó a la criatura también apoyando así a su amigo el monje.
Todo parecía inutil, la arrojaron entre los dos al suelo, le golpearon, lo patearon, le ensartaron, pero ellos cada vez estaban más cansados, y a la criatura nada le afectaba. Wotan incluso logró arrebatarle la espada y empalarle, pero ni con esas medró. Durante la refriega, la criatura adoptó la forma de la amante de Wotan, hablando con su misma voz y mirandole con sus mismos ojos, pero no consiguió engañarles y siguieron luchando.
Finalmente a una señal decidieron huir, pero con tan mala suerte de que cada uno salió en dirección contraria. A los pocos segundos, Wotan se encontraba al borde del precipicio, de más de 300 metros de altura, con la terrible y peligrosa escalera a sus pies, y Acromion de manera similar pero sin ninguna escalera, simplemente la escarpada pendiente del terrible y fatal monte Morguelo.
Así pues ambos se dieron la vuelta y se enfrentaron de nuevo con la criatura. Cuando corrían hacia ella, un siniestro y familiar aleteo, presagiaba lo peor, un Kraan se aproximaba.
Sin amedrentarse por el terror que les atenazaba el estómago, siguieron avanzando hacia la figura encapuchada con forma de mujer que se recortaba contra la oscuridad de la noche. HELGHASTDe repente, el terrorífico ser, extrajo de la nada una enorme lanza que destelleaba con un fulgor azulado. ¿Cuántos más trucos desagradables escondía esta criatura?. Apuntó en dirección a Wotan mientras este corría hacia el, temiendo lo peor, comenzó a correr en zig-zag. Del extremo de la lanza surgió un potente rayo azulado que Wotan consiguió esquivar, lejos de rendirse, volvió a levanterse y continuó corriendo. Cuando apenas unos pocos metros les separaban un segundo rayo surgió de la lanza, y esta vez Wotan no logró esquivarlo, recibiendo la mayor parte del daño en un pie cayendo y rodando por el suelo. Instantes despues, Acroniom se abalanzó sobre la criatura arrojandose al suelo con ella intentando inmobilizarla, en el forcejeo, la criatura le tocó la cara provocando unas terribles quemaduras en el pobre monje, que al intentar usar sus poderes curativos una vez más, quedó exahusto y rendido sin apenas poder moverse. Wotan, cojeando por la quemadura de su pie, se retiró de nuevo a la escalera.
La criatura, se levantó y recogió la espada de Wotan. Mientras Acromion se arrastraba poniendo distancia entre él y el ser, pero este inexorablemente se acercaba hasta que sin piedad comenzó a asestarle un golpe tras otro. El monje conseguía evitar la mayoría pero alguno le alcanzaba, por lo que cada vez estaba más malherido, cubierto de sangre y agotado, a punto de la incosciencia. En un último rayo de esperanza percibió que se encontraba al borde del precipicio, su instinto natural de supervivencia le impulsó a dejarse caer, pero los dioses le habían abandonado, pues un impacto contra el borde rocoso del monte acabó por terminar con el último soplo de vida que le quedaba, su cuerpo sin vida continuó cayendo hasta quedar atrapado por unos arbustos a más de 30 metros de distancia.

Mientras Wotan había comenzado a descender por la escalera, mirando constantemente hacia arriba temiendo ver aparecer la figura de su amada en cualquier momento. Pero no fué eso, sino el aleteo de un enorme Kraan el que le alertó sobre un peligro más inminente, un ser diabólico montado a lomos del enorme pajaro comenzó a embestirle con una larga lanza. Tras evitar algunos envites, y viendo que la situación era desesperada, Wotan saltó hacia el enorme pajaro agarrandose a su poderoso cuello, el exceso de carga hizo que el Kraan, se balancease peligrosamente, estando a punto de perder el agarre en un par de ocasiones. Cuando el jinete se hizo de nuevo con la montura, comenzó a maniobrar para deshacerse de el molesto polizón.
Wotan desesperado, dejó caer su espada y sacó un cuchillo con el que cortó las riendas que sujetaba el jinete, éste carente de un buen agarre optó por intentar agarrar a Wotan y arrojarse con el al vacío, pero falló y el único que se cayó fue el siniestro jinete. Ya sin jinete el pájaro empezó a descender pero no antes de que la fátiga hiciera presa de los músculos de Wotan que cuando aún se encotraba a gran altura, cayó hacia la espesura que se extendía 30 metros por debajo de él, el crujir de huesos rotos, es lo último que se oye antes de que el graznido triunfal del Kraan retumbe en la noche...

...En la enfermería Mulo y Cornellius yacen incoscientes desconocedores de todo lo ocurrido en lo alto del monte Morguelo....

15 junio 2006

Lugares de Raabe: Las islas remotas

El archipiélago de las islas remotas se encuentra a pocos días de navegación de Saro, también recibe el nombre de las infinitas, por el gran número de islas que pueblan dicho archipiélago.
Hasta hace unos años, solo los pueblos indígenas, apenas avanzados tecnológica y culturalmente habitaban esta región, pero desde el comienzo de los tratados comerciales con Marnia y Misos, las islas remotas son punto de paso obligatorio para todos los navegantes .Las colonias y los puertos comerciales empiezan a surgir por doquier, para ahorrarse los altos impuestos exigidos por los puertos imperiales. Una nueva vida y sociedad está surgiendo en estas olvidadas islas.

En el año 1973, se descubren las islas remotas, por un ingenioso navegante de Saro llamado Nóloc. El contacto con los indígenas de las islas no tardó en ocurrir, y el negocio de la trata de esclavos no tardó en florecer.
Hacía el año 2300 aproximadamente, no se sabe muy bien como, se descubrieron las propiedades relajantes y alucinógenas de un tipo de planta muy habitual en las islas, la Altrabacus Iptolae, a la que el pueblo llano, no tan ducho, le dio el nombre de Hierba Remota.
El comercio de esta hierba comenzó a extenderse hacía el año 2400, numerosas plantaciones aparecían por las islas, con la mano de obra local, barata y sumisa.
Fue durante estos años cuando el imperio, al ver el volumen de negocio decidió poner un alto impuesto institucional a este tipo de tráfico, (el famoso e impopular impuesto de la hierba) para así levantar las arcas del estado. Entonces el negocio de la hierba remota desapareció del mercado convencional, convirtiéndose en fuente de ingresos de traficantes clandestinos, contrabandistas, dueños de casas de hierba remota, explotación de esclavos, y todo un oscuro submundo de corrupción y crimen organizado, que dificultaba aun más el comercio legal de esta hierba.

Según la ley imperial, un esclavo es solo el nacido de esclavo o los enemigos del imperio capturados y sentenciados a esclavitud. Este pequeño resquicio en la ley, es el que ha servido a numerosos comerciantes para generar negocio con los isleños que habitaban pacíficamente las islas.
Hasta el año 2566, los isleños lo único que hacían era esconderse y huir. Pero ese año llegó a las islas un grupo de náufragos que enseñó a algunos isleños a luchar contra los esclavistas. Desde entonces, algunas tribus, sobre todo las pertenecientes a las islas cercanas al naufragio, se han organizado y han establecido una resistencia que ha complicado y encarecido el negocio.

Actualmente, aunque las islas remotas se consideran bajo dominio imperial, éste no demuestra mucho interés, pues no existe presencia administrativa, judicial, o militar en el archipiélago.
Tampoco existe cartografía documentada u oficial de este archipiélago, aunque empiezan a desarrollarse los primeros proyectos propuestos por aventureros y exploradores, que evitaría naufragios o accidentes innecesarios. Algunos mapas extraoficiales circulan entre los pilotos de navíos que se aventuran en las islas, pero carecen de rigor, y solo un loco se fiaría ciegamente de ellos.

Una Nueva era
Las islas se han convertido en el punto de paso de todos los barcos que siguen la ruta comercial entre Misos y Raabe. Estas islas son el ultimo pedazo de tierra que verán en más de un mes, los marinos que parten de Raabe. Por otro lado es el primer pedazo de tierra que verán tras su larga travesía los viajeros provenientes de Misos.
Esto está generando un floreciente comercio en las islas. Ricos terratenientes, están fundando puertos comerciales donde adquirir mercancías a bajo coste, pues no pagan los impuestos imperiales.
El Imperio actualmente está demasiado ocupado con sus fronteras interiores, como para plantear alguna solución a los problemas intrínsecos que surgen de esta situación.

Adelante, ¡oh viajero!, coge el primer barco que salga de Saro y navega rumbo a las Islas Remotas, el nuevo paraíso, sumérgete en sus azules aguas infestadas de tiburones. Túmbate en sus playas de arena blanca, hogar del escorpión de playa y de la hormiga azul. Pasea por sus frondosas y verdes selvas atestadas de dragones chupasangre, y monos comeojos. O, si nada de esto te convence, no dudes en pasar por la lejana isla de Noroepu, y visita alguna aldea de indígenas antropófagos...

Lugares de Raabe: Saro

Saro, con una población que se acerca a los 30.000 habitantes, es la tercera ciudad más grande del Imperio, por detrás de Drak y Sagetra. Su situación alejada del núcleo del Imperio le han dado independencia suficiente para administrarse política, económica y socialmente.

La ciudad fue fundada hace más de 2000 años por Mael I, el primer emperador del Imperio. Situada en la desembocadura del río Limo, se convertiría en capital del Imperio hasta el año 2188, que se traslado a Drak.

En sus orígenes solo era un fuerte permanente del Imperio, donde se albergó la segunda legión. Poco a poco el fuerte se fue llenando con los legionarios licenciados, sus familias, luego con los comerciantes y buhoneros, hasta que las casas que se agrupaban en el exterior del fuerte tomaron entidad propia. En el año 60AI (antes del imperio), su puerto era considerado el más grande de todo Raabe. En el año 45AI, se construyó la primera muralla, para defenderse de los ataques de los bárbaros de las montañas. En el año cero, Mael I la nombro como la capital de su Imperio. En el año 434 (después de la fundación del imperio), el crecimiento constante de la ciudad desplazó el fuerte a otra ubicación más alejada, y en el año 856 se levantó la segunda muralla, tal y donde se encuentran en la actualidad. En el año 1897, la ciudad fue atacada y casi devastada por las fuerzas de la oscuridad en la Guerra del loco, sufriendo un asedio de casi un año, afortunadamente Iloran fue derrotado y sus servidores volvieron a los oscuros túneles de los que emergieron.
Cuando la capital del Imperio se traslado a Drak, la segunda legión, asociada desde siempre al emperador, también se trasladó. Desde entonces fue la octava legión la que ocupó el fuerte. Tras la última invasión por parte de los bárbaros, la octava legión también abandonó el fuerte, situándose en posiciones más estratégicas en las inmediaciones de la frontera.

Durante todos estos años, la ciudad a sufrido cuatro invasiones, 12 inundaciones, un terremoto y 3 incendios. Pero siempre, después de cada catástrofe, la ciudad y sus gentes resurgían con nuevas y renovadas fuerzas.

En la actualidad, Dívimus Reticus es la cabeza visible y teórica máxima autoridad en Saro. Aunque el gobierno de la ciudad está lejos de recaer en una sola persona. El consejo, formado por cientos de políticos, (pretores) agrupados en diferentes facciones (o partidos), dirige el destino de la ciudad y de los que en ella habitan.

Los lugares más destacables de Saro, son la ciudadela del Gobernador, una isla fortificada en medio del río donde el gobernador tiene su palacio. El gran puente, una impresionante obra arquitectónica de piedra que cruza el río uniendo ambas partes de la ciudad, aun hoy los estudiosos se preguntan como no se hunde por su propio peso. Los restos abandonados del fuerte de la legión, como símbolo del poder del Imperio sobre la ciudad, ahora en decadencia. El laberinto es una zona de la ciudad donde las leyes del urbanismo fueron olvidadas momentáneamente, existiendo calles que no llevan a ningun sitio, calles sobre casas, casas sobre calles, patios inaccesibles, callejones subterráneos, casas sin entrada, un horror poco recomendable para pasear, especialmente si el sol se ha ocultado tras el horizonte.

Los límites de la ciudad fueron rebasados hace ya tiempo, existiendo todo un núcleo urbano pegado al exterior de las murallas extendiendo la superficie real de la ciudad. En esta zona llamada la ciudad exterior, habitan las personas con menos recursos, los desahuciados, los nómadas, leprosos, criminales buscados, y ralea similar.

Saro también fue famosa en su momento por la extensa red de crimen organizado que se movía por ella, pero desde que la octava legión se marchó, todo eso cambió bastante, lo que hace presuponer que el antiguo general de la legión tenía bastantes asuntos con estas organizaciones.

Cuando parecía que Saro estaba condenada al olvido por su cada vez menos importante participación en los asuntos de la capital, un nuevo acontecimiento ha despertado de nuevo el interés por esta ciudad. Hace apenas unos meses, unos barcos extraños, llegaron al puerto de Raabe, provenían de un continente alejado varios meses de navegación al noreste de Raabe. Parece que los países a los que representaban buscaban establecer tratados comerciales. Esto ha despertado el interés del Imperio por el desarrollo comercial y naval, aparte de obtener una nueva fuente de ingresos.

Todo esto no es más que una pequeña introducción sobre esta mágica ciudad, si deseas conocerla más a fondo, no seas cobarde y aventúrate en el interior de sus muros... después de esperar la cola como todo el mundo.

08 junio 2006

Criaturas de Raabe: Kraan

Hoy describiremos otra de las criaturas sirvientes de la oscuridad, las monturas aladas del sin nombre. Señoras y señores, con ustedes:

El Kraan

Estos engendros alados, de piel negra y escamosa, afiladas garras y poderoso pico, suelen ser utilizados como transporte aéreo y en misiones de reconocimiento. Además, existe un numeroso grupo de estas criaturas entrenadas para servir de montura a jinetes en combate. Durante una batalla, su característico chillido agudo no vaticina nada bueno

El Kraan es una criatura con muy mal humor, la mayoría son criadas en cautividad, y alimentadas desde que nacen con carne humana. Se las entrena para no asustarse en el fragor de la batalla, y para obedecen ciegamente a su jinete, el cual a su vez debe estar correctamente entrenado, pues montar un Kraan sin saber puede ocasionar una herida grave por un mordisco.

Un Kraan tiene fuerza suficiente para agarrar a un hombre con sus garras, y alzar el vuelo, y así, cuando se encuentra a una altura suficiente, arrojarlo de nuevo contra el suelo. De esta manera disponen de carne fresca recién muerta.

Un Kraan normal tiene una longitud de poco más de tres metros, y una envergadura de alas de cuatro metros, y pesan en torno a 300 kilos. Aunque existen exploradores que aseguran haber visto algunas de estas bestias aladas de más de 10 metros de longitud.

A continuación se exponen las características básicas para el GURPS.

FU 50
DS 12
IN 3
VG 15/20

Velocidad: 5
Velocidad de vuelo: 18
Esquiva: 6/9
Tamaño: 3 Hexágonos
DP: 1
RD: 2
Techo de vuelo: 2000 metros
Peso: 300Kg.

Pico: 12 (2D+2 Contundente)
Garras: 12 (2D+2 Corte)
Volar: 15

Capacidad de carga
Nula: Hasta 50Kg. (velocidad 18)
Ligera: Hasta 150Kg. (velocidad 14)
Media: Hasta 250Kg. (velocidad 10)

Poseen visión nocturna.


Y esto amigos míos es lo que encontrareis por los cielos de Raabe cuando el sin nombre acabe con vuestra fútil resistencia...

01 junio 2006

Crónica: Es la hora de volver


Los dos norteños yacían incoscientes en el suelo, el monje se había encargado de curar sus heridas para evitar que se desangraran hasta la muerte, aunque en su fuero interno dudaba de si eso había sido un acto de piedad o una crueldad mayúscula.
El mulo miraba a ambos con ojos de depredador, sin dejar de afilar sus cuchillos. Wotan, no paraba de preguntar - ¿se han despertado, ya? -, con el cuchillo en la mano, indicando que su pregunta no simbolizaba preocupación por la salud de los heridos. Pero el que más inquietaba al monje, era Cornellius, pues miraba de reojo a los norteños tendidos en el suelo con una siniestra sonrisa, que se transformaba en ocasiones en una risilla nerviosa.

Por fin, los dos jinetes norteños recuperaron la consciencia y más les valdría no haber despertado nunca, pues lo que sucedió a continuación no lo podían haber imaginado ni en sus peores pesadillas.
Tras ser interrogados y amenazados, los dos prisioneros contaron que pertenecían al clan Grejeon, siempre fiel al clan Findal, iban de Lakoburgo a los dominios de su clan. Pero hasta aquí duraron las bondades, se acabó el interrogatorio, y comenzaron los golpes, amenazas psicológicas, culminando toda la sesión, en un horrible ritual sádico perpetrado por Cornellius, donde las lenguas de ambos hombres fueron cruelmente cortadas. El monje poco pudo hacer, salvo cauterizar sus heridas para, una vez, más impedir su pronta muerte.

El siguiente paso, era retomar la marcha para alcanzar al grupo de Giaks con los prisioneros, pues ahora contaban con caballos y previsiblemente antes de anochecer podrían encontrarse con ellos. El que hacer en ese momento era algo en lo que preferían no pensar. Se llevaron consigo todos los caballos de los norteños así como a los prisioneros por si llegado el momento era necesario negociar.

Es de mención notar que tanto Wotan, como el monje, solo habían visto caballos de lejos, nunca antes habían montado en uno. Pero pese a algunos percances iniciales, lograron ensillar y comenzar la marcha.

KraanCuando apenás llevaban unas horas montando, un enorme pájaro infernal apareció desde el horizonte. Realizó un par de vueltas de reconocimiento a gran altura, siguiendo su camino hacía el oeste. Pero entonces, para sorpresa de todos, el mulo, sacó una cornetilla que había robado a un Giak hace unos días, y comenzó a hacerla sonar, a la vez que hacía numerosos aspavientos. El gran pájaro giró y volvió ha girar en grandes círculos sobre el grupo de jinetes, solo que esta vez a menor altura. Debido a la inclinación del pájaro, pudieron comprobar que iba montado por una criatura humanoide, de siniestro aspecto. Tras unos instantes de tensión, el pájaro emitió un penetrante chillido y partió rumbo norte, hacia Lakoburgo, el lugar desde donde presumiblemente había venido.
Es facil suponer que los más de dos metros de altura y su siempre amenazante aspecto, disuadieron al resto del grupo a preguntar al mulo porqué había hecho semejante tontería, igual es debido al estrés de guerra.

Unas horas después acabaron alcanzando al grupo de Giaks, cuyo número había aumentado a lo largo de los días conforme se le iban uniendo diferentes grupos. Ahora se contaban por varias decenas, yendo casi la mitad de ellos montados a lomos de lobos infernales.
Conforme el grupo se acercaba a los Giaks, estos comenzaron a aminorar la marcha y a formar en círculo en previsión de cualquier incidencia, dejando a los prisioneros que aún vivían en el centro.
Manteniendo en todo momento las distancias, el mulo comenzó a lanzar imprecaciones, a los Giaks buscando que estos abandonaran la seguridad de la formación, en un ataque, a ser posible, solitario y suicida contra el enorme jinete montado a caballo.
En varias ocasiones los Giaks intentaron avanzar para encontrarse con el grupo, pero estos siempre mantuvieron una distancia prudencial. Wotan intentó acertar con sus flechas a alguno de los líderes Giaks, pero sin demasiado éxito, éstos por su parte aprovecharon también un par de momentos para lanzar una andanada de saetas con sus ballesteros, pero también con poco éxito.
En uno de los avances de los Giaks, nuestros “héroes” decidieron que sus prisioneros se bajaran del caballo. Pese a los intentos de negarse de estos, fueron cruelmente abandonados. Y así, atados, mutilados, y malheridos, fueron masacrados por los primeros lobos infernales que les dieron alcance, poniendo fin a su sufrimiento para siempre.
Cuando el sol estaba cerca de ocultarse, se decidió, sabiamente, que no era conveniente estar cerca cuando se hiciera de noche. Por lo que comenzaron a marcharse, pero el joven Wotan no pudo reprimir su impulso hormonal, y decidió hacer una rápida cabalgada a lomo de su caballo acercándose lo más posible al nutrido grupo de enemigos, a ver si entre los presos podría ver a su amiga. Cuando creyó haberla visto, y ya se volvía una andanada de saetas salió disparada en su dirección con la mala fortuna de que una le acertó en la pierna y otra en plena cara, eso junto con su inexperiencia como jinete provocaron que cayera al suelo, quedando ahí aturdido y medio muerto.
Un enorme aullido de alegría multitudinario salió del grupo de Giaks, del que unos cuantos Lobos Infernales salieron raudos a cazar a su nueva presa.
Los compañeros de Wotan sin pensárselo dos veces, emprendieron a su vez una carrera para alcanzar a éste antes que los lobos. Wotan aturdido comenzó a correr en dirección a sus amigos, pero cuando apenas llevaba unas pocas decenas de metros, cayó inconsciente debido a sus graves heridas.
El mulo, fue el primero en llegar, su enorme tamaño le fue de gran ayuda para agarrar a Wotan por el cinto y subirlo a la montura. Instantes después llegaron los lobos, con los que se cruzó esquivando las lanzas de sus jinetes. Cornellius, y el monje también se cruzaron con el grupo de los lobos, pero sin sufrir bajas por ninguna de las partes. Afortunadamente la mayor rapidez de los caballos frente a la de los lobos, les permitió poner tierra de por medio.

Y así llegó la noche, el monje curó como pudo las heridas de Wotan, pero este aun permanecería inconsciente unas horas más. La excelente visión en la oscuridad que posee el monje, les permitiría seguir avanzando, por lo que decidieron seguir la marcha por si los Giaks, habían mandado un grupo en su busca.
Fue una vez más, gracias al monje, que pudieron prevenirse, al ver éste, contrastadas con las estrellas un grupo de pájaros gigantes como el que habían visto el día anterior. Permanecieron ocultos bajo una estructura rocosa, hasta que los pájaros descendieron. Durante este tiempo Wotan se despertó pero aun dolorido y aturdido. Entonces decidieron proseguir la marcha. Al poco rato a unas pocas decenas de metros, destacada contra el horizonte, en una agrupación de rocas el monje vio la silueta humanoide y encapuchada. Cuando se disponía a avisar a sus compañeros, notó una desagradable sensación dentro de su cerebro, como si unos siniestros dedos hurgaran en su cabeza buscando donde existía un punto débil. Sin pensárselo dos veces, corrió hacia las rocas gritando, la silueta desapareció tras éstas, para momentos después salir montada sobre el enorme pájaro. El monje arrojó su lanza que rajó una de las alas de la enorme criatura, cayendo ésta y su jinete de nuevo al suelo.
Mientras tanto el resto del grupo encendió una antorcha rápida que tenían preparada para poder ver en caso de un ataque nocturno.
Cuando el monje llegó a las rocas de repente una extraña y sobrenatural oscuridad cubrió la zona, no permitiendo ver nada de lo que había en el interior. Decidió permanecer a la espera por si ocurría algo, y ocurrió que el mulo se introdujo en dicha oscuridad gritando como un loco. VordakTambién él notó esa extraña sensación dentro de su cabeza, pero se centró en golpear sin mirar en todas direcciones, entonces durante un instante, un ser con un cráneo pelado donde debería haber una cabeza apareció y le propinó un certero golpe en la pierna. En ese momento el mulo, invocó a su dios, y éste le otorgó la destreza necesaria para propinar un certero golpe en el cráneo de la criatura, rompiéndolo en pedazos. Y la oscuridad volvió mientras caía al suelo.

El resto del grupo dio buena cuenta del pájaro gigante, y el monje, tras concentrarse un rato decidió entrar de nuevo en la oscuridad para enfrentarse a la criatura si aún continuaba con vida. Así permanecieron varios minutos, rodeando la misteriosa área de oscuridad, hasta que de repente, igual que vino, se fue, volviendo a estar claramente iluminada por la luz de las antorchas. Buscando el cuerpo que había golpeado al mulo, solo encontraron una gran gema roja que Cornellius rápidamente cogió.
Tras examinarla durante un rato decidió que lo mejor era romperla, por lo que la estrelló contra una roca. El mulo se guardó los pedazos como recuerdo.
El monje volvió a usar de sus artes curando milagrosamente la pierna herida del mulo, pudiendo éste andar de nuevo y proseguir la marcha.

Pocas horas antes del amanecer, llegaron al linde del bosque, donde permanecieron descansando, hasta que se hizo de día. Cuando despuntó el alba, a lo lejos pudieron ver como otros tres pájaros gigantes, alzaban el vuelo, girando y explorando la zona, hasta que descendieron todos en un punto probablemente cercano al encuentro con su siniestro compañero. Poco después volvieron a alzar el vuelo, permaneciendo en la zona girando y al acecho, aunque una de las criaturas volvió hacia Lakoburgo. Un poco más protegidos por la cobertura de los árboles, siguieron camino hacia el Imperio, parece que tanta guerra y muerte, por fin les había agotado.

Así pues, volvieron por donde habían venido, eso si, esta vez a caballo. Avanzaron por senderos y caminos de los guardabosques, evitando en la medida de lo posible ser vistos. Para pasar desapercibidos todos embrazaron los escudos de los norteños asesinados, y el mulo se puso un yelmo, así como los guantes y la capa, para ocultar su caracterísitico color de piel.
Durante el camino Wotan preguntó a sus compañeros si les importaría que pasasen por el castillo del señor de su clan, para comprobar si su padre sigue con vida. Nadie puso inconvenientes.
Parece ser que durante los últimos meses, el padre de Wotan, había ascendido al cargo de castellano del bastión del clan Deurentyr, llamado “Tres Torres”, desde allí, simulando ser fiel al clan, organizaba a los rebeldes que se oponían a los planes del clan Findal, avisando siempre que podía de nuevas partidas de caza o de caravanas importantes para ser atacadas.
Pero tras el ataque al campamento de los rebeldes (ver capítulo anterior) Wotan lleva temiéndose lo peor.

Ocho días después llegaron a una encrucijada desde la que se llegaba a Tres Torres, el camino subía hacia las montañas, a media tarde llegaron a un siniestro lugar dominado por dos cabezas clavadas en estacas a cada lado del camino, que a partir de aqui estaba toscamente empedrado. Conforme subían, el frío era cada vez mayor, y comenzaban a aparecer pequeñas manchas de nieve. De vez en cuando una cabeza empalada señalaba siniestramente algún hito en el camino. Por fin cuando la tarde ya caía, llegaron a la fortaleza. Una enorme mole de piedra oscura, descansaba sobre la ladera vertical de una montaña, tres torres destacaban, todas distintas en tamaño y forma, como construidas en distintos momentos de la historia, el silencio y el frio eran la nota predominante.-¿Quién va? – gritó alguien desde las almenas sobre la puerta.
- Pertenecemos al clan Grejeon, y vamos de camino. Pedimos hospitalidad para pasar la noche.- Gritó Wotan.
De nuevo el silencio dominó la escena, Wotan aguzó la vista para observar detenidamente los muros, sobre ellos en sendas estacas había más cabezas, y una de ellas le era conocida, la cabeza de su padre. Beric Wodgroy, del clan Wodgroy...
En ese momento las puertas de la fortaleza comenzaron a abrirse con un profundo chirriar.

Cuatro hombres armados aparecieron a cada lado de la puerta, en sus escudos pintados de amarillo destacaban dos alas rojas. Un quinto hombre comenzó a andar pasando entre ellos en dirección al peculiar grupo que esperaba en la puerta, su gesto era conciliador. –Los hombres de Grejeon siempre son bienvenidos. Pasad y descansad esta noche en paz en esta, la casa Deurentyr....

22 febrero 2006

Hacia el Lago Negro

[...] El grupo se acercó a los cuerpos flotantes en la orilla del rio, y para su asombro, uno de ellos continuaba con vida.
Tras reanimarse, el superviviente llamado Wotan, parecía bastante alterado, parece ser que se encontraba de guardia en un campamento, y resultó atacado a traición por unos Giaks. Su mayor deseo en ese momento era averiguar el destino de sus compañeros, por lo que emprendió la marcha hacia dicho lugar. El resto del grupo le acompañó por si necesitaba ayuda.
El campamento se encontraba en un pequeño y oculto cañón en la maleza, una grieta en el bosque, que si no fuera por el guía, nunca habrían encontrado.
El interior de dicho cañón era una carnicería, cuerpos despedazados y a medio devorar se encontraban por doquier. Tras el impacto inicial por la muerte de algunos de sus compañeros, Wotan pudo percatarse de que entre los muertos no se encontraban todos los que habitaban el campamento, algunos debían seguir vivos. Comenzaron a inspeccionar la zona, estudiando los rastros y huellas del ataque, finalmente dedujeron que el grupo atacante formado por Giaks y Lobos infernales, se habían llevado hacia el noreste un buen número de prisioneros, incluidos mujeres y niños.
Esta nueva información bastó para que Wotan, el mulo, Cornellius y el monje decidieran perseguir a los Giaks, para rescatar a los prisioneros, sin embargo Tavik, Nuvellen y Néon, decidieron no cambiar su deseo inicial de seguir rumbo a Bertland, para de allí seguir hacia el Imperio y llevar la información de todo lo que habían visto, y de paso escoltar hasta lugar seguro la familia que encontraron el otro día en la granja arrasada.
Tras una emotiva despedida, el grupo que iba hacia el Imperio se marchó, quedandose en el campamento los que se disponían a seguir a los Giaks. Mientras estaban allí esperando para retomar fuerzas para la persecución Wotan les contó la historia de su familia, y de como llegó a esta situación. Como Vushep del clan Findal, unió sus fuerzas a la de los Giaks, para obtener el poder sobre todos los clanes norteños, eliminando a todos los que se oponían a sus designios. De como esto ha generado numerosas rupturas y luchas fraticidas, entre los clanes que seguían apoyando a Vushep, y los que le consideraban un loco peligroso, adorador del "Abismo".
Mientras estaba en mitad del relato, un leve movimiento en lo alto del cañón desveló un atacante. Gracias a esto pudieron moverse a tiempo y esquivar algunos proyectiles, pese a lo cual, el mulo se vió empalado por tres saetas negras... la risa histerica de los Giaks, se repitió por las paredes del cañón.
Nuestros amigos se ocultaron en unas pequeñas cavernas provocadas por el antiguo cauce del rio, manteniendose a salvo de los tiradores. El mulo, se encontraba malherido, pero aun consciente, y furibundo.
A los pocos minutos, unos lobos infernales montados por sus respectivos jinetes Giaks, aparecieron por el cañón. Tras una arriesgada y sangirenta escaramuza contra los lobos, consiguieron hacerlos huir por donde habían venido, pero una vez más el monje tuvo que hacer uso de sus habilidades curativas, sobre el mulo y Cornellius, que resultaron gravemente heridos. Por ello quedó exhausto y fue necesario descansar, pero esta vez lejos del cañón, y así evitar nuevas emboscadas.

Por fin, a la mañana siguiente comenzaron la persecución del nutrido grupo de Giaks, que llevaba consigo a los supervivientes de la masacre del campamento. Les llevaban un día de ventaja, y la tarea no iba a ser fácil. Cuando llegaba la noche, nuestros heroes caían rendidos en sus sacos de dormir, tras la larga marcha. Así pasaron los días, andando por los bosques, subiendo lomas, buscando sendas que acortaran la distancia. De vez en cuando encontraban los restos de algún prisionero, medio devorado por los lobos, que probablemente no pudo seguir el ritmo marcado por los Giaks. Loa primeroa fueron niños, luego mujeres, y ahora incluso algun hombre.
Estudiando el rastro dejado por los Giaks, podían ver que otros grupos se unían a la partida inicial, añadiendo más fuerzas y más prisioneros, en total sumaban más de 50 de esta criaturas, y más de 20 prisioneros. Afortunadamente la fatiga no les dejaba pensar en que iban a hacer en el caso de que se encontraran finalmente con ellos.
Una mañana vieron la polvareda inconfundible de un grupo de jinetes, nuestros heroes se ocultaron tras una hondonada, para estudiar si atacaban o no. Los jinetes eran 10 norteños, de los cuales 2 iban pertrechados con cotas de anillos y lanzas de caballería, Wotan los reconoció por sus escudos como aliados de Vushep. Su elevado número, su imponente porte, y las heridas que aun mantenían alguno de los personajes ocultos, les decantaron por dejarles pasar sin atacarles...
Y así seguían pasando los días hasta que tras 10 amaneceres, por fin vieron algo distinto, el Lago Negro.

A unas 30 millas, bajando por una gran ladera, una vasta extensión de oscuras aguas, casi negras, de la que no se ve la otra orilla. Tardarían aún un día en llegar hasta allí, pero junto al gran lago se podía ver un nutrido grupo, presumiblemente el grupo al que persiguen y que les lleva una ventaja de varias horas de viaje. Esto les insufla algo de ánimo y prosiguen la marcha, esperanzados.
Mientras bajaban por la ladera, con cuidado de no ser vistos, se percataron de que un pequeño grupo de jinetes pasó junto a los Giaks, sin que estos parecieran molestarse. Estos jinetes subían la ladera en dirección a nuestros amigos. Parecían jinetes norteños, uno de los cuales debía de ser de alto rango, pues llevaba cota de anillos y lanza de caballería, el resto hasta contar seis en total, parecían aguerridos soldados.
El grupo decidió ocultarse y esperar a la noche, para emboscar a los jinetes cuando acamparan. Dicho y hecho, amparados por la oscuridad, se aproximaron a la zona donde los jinetes se pararon a descansar, y cuando estimaron que la distancia era la adecuada, comenzó un implacable ataque. De los seis jinetes, había dos de guardia, uno de los cuales logró frenar momentaneamente al mulo con diestros golpes de su lanza, Cornellius, ayudó dejándolo fuera de combate de un diestro golpe en la pierna del norteño.
Pese a que los norteños lucharon con bravura, la ventaja de la sorpresa, y el hecho de estar recién despertados y sin armadura, no tardó en decantar la balanza hacia los asaltantes nocturnos.
Wotan no paró de usar su arco durante el combate no dando un respiro a los sorprendidos jinetes.
El monje con sus mortales lanzas, dejó primero fuera de combate al lider antes de que llegase a ponerse en pie, y persiguió y acosó a los que intentaban huir hacia los caballos, con la ayuda de Cornellius.
El mulo por segunda vez en pocos días se encontraba gravemente herido por un golpe de mala suerte que casi lo atraviesa de parte a parte, pero vivo.

Finalmente solo dos jinetes sobrevivieron al ataque, aunque yacen incoscientes y mortalmente heridos en el suelo.

16 febrero 2006

Artefactos de Raabe: Los anillos del absoluto entendimiento

Son tres bellos anillos de oro con una gema incrustada, cada una de las cuales es distinta a las demás solo por el color. En origen estos anillos vienen en un estuche de madera con incrustaciones de cuarzo de los mismos tres colores que las gemas de los anillos. Los poderes atribuidos a estos tres anillos son distintos aunque con un denominador común, permitir el absoluto entendimiento...

- El anillo de la gema azul, permitirá entender cualquier idioma que se escuche. Los efectos tardan unos segundos desde que se empieza a escuchar el idioma desconocido, hasta que el anillo comienza a traducir, por lo que es normal, que una vez activado las primeras palabras no se escuchen correctamente, pero funcionando perfectamente durante el tiempo deseado, o hasta que el usuario se sienta extrañamente fatigado por el uso de estos poderes.

- El anillo de la gema verde, permite entender cualquier idioma que esté escrito, se debe saber leer pues el efecto que produce es convertir el texto en el lenguaje nativo del usuario, solo a sus ojos. Este efecto tarda unos segundos en activarse, como si el anillo, primero tuviera que averiguar que idoma es el que trata de traducir, y a que otro idioma debe traducirlo. Su uso fatigará misteriosamente a su usuario en pocos minutos.

- El anillo de la gema roja, permite que al hablar las palabras suenen en el idioma deseado. Durante los primeros segundos, tras la activación del anillo, el usuario tartamudeará un poco, hasta que el anillo interpreta el idioma al que se quieren traducir las palabras, tras estos segundos, el lenguaje fluye suavemente, durante unos minutos, hasta que la misma misteriosa fatiga agote al usuario.

Es importante destacar, que se pueden anular los efectos cuando el usuario desee, momento en el que el entendimiento desaparecerá de la misma manera que apareció. Tambien cabe destacar, que cuando alguno de los anillos está en uso, un leve fulgor iluminará la gema que lo adorna.
Y por último pero no por ello poco importante, para usar el anillo, éste debe estar colocado en un dedo, y visible, es decir, oculto bajo un guante, no funciona.

Para activar su uso se debe tocar levemente el cristal del anillo que se desea activar, con el dedo anular y susurrar las palabra “desvélame el secreto de las palabras”.

Aunque aparentemente poco significativos, estos anillos son un poderoso aliado, al librarse de una gran barrera que separa unas civilizaciones de otras, el idioma.

Extraído de la obra del maestro Cusano. "De docta ignorantia Ars auriferae"

15 febrero 2006

Lugares de Raabe

Raabe es un gran continente, y existen numerosos lugares dignos de mención, bien sea por sus maravillas incomparables, o por el misterio que encierran. Pasen, disfruten y maravillense con las vistas de ...

Crónica de los granjeros

En los puestos fronterizos, existe una historia muy solicitada a los trovadores que por alli pasan, las aventuras de los rudos colonos. Donde se cuentan las historias de un grupo de colonos que se enfrentan a toda clase de peligros mientras intentan establecerse.

Crónica de los guerreros

En las frias noches de guardia, tanto los legionarios imperiales, como los guerreros norteños, gustan de disfrutar de una buena historia, y para ellos, la mejor es sin duda la crónica de los guerreros, donde un grupo de variopintos guerreros, se enfrentan a toda clase de peligros para salvar el mundo de oscuro manto que se cierne sobre él.

Crónica de los elegidos

De todas las crónicas que se narran en las tabernas y posadas a lo largo de Raabe, la que más entretiene a los lugareños, es la que cuenta la historia de un grupo de elegidos que buscaban respuestas y soluciones en la época más oscura de Raabe.

Artefactos

A lo largo de los siglos de historia del continente Raabio, muchos han sido los estudiosos de las artes arcanas que durante su vida aportaron al mundo una serie de artefactos para hacerles la vida más fácil. La mayoría se han perdido en los oceanos del tiempo, pero algunos aun hoy, sobreviven:

Criaturas de Raabe

Multitud de criaturas pueblan Raabe, algunas beneficiosas para sus habitantes y otras dañinas y malignas, aqui se iran publicando descripciones de algunas de ellas.

10 febrero 2006

Prólogo

La luz se filtra entre las altas copas de los árboles, creando un bello juego de colores, con el agua del gran río Aloe. La tranquilidad natural del bosque sólo es interrumpida por el sonido de las pisadas, de un pequeño y variopinto grupo de hombres que avanzan en fila entre la espesura creando una senda a su paso.
Observando el grupo más de cerca se cuentan como una decena, de entre los que se pueden ver algunos niños, una mujer, y varios hombres fuertemente armados. No se percibe ningún blasón, ni distintivo reconocible, en ellos. Avanzan silenciosos y decididos, pero con la intranquilidad propia de cualquiera que se mueva en estos oscuros tiempos por el mundo.

A una señal del que va en cabeza la fila se detiene y se agacha, algo flota por el río bajando con la corriente.

Un siniestro desfile de cadáveres empalados en saetas negras con plumas de cuervo, cruzan ante ellos, flotando y llevados por la corriente, desaparecen con la misma velocidad que aparecieron, dejando una oscura mancha escarlata en el río y una sombra en los rostros de los observan la escena.

Un par de esos cuerpos han quedado enganchados en la orilla del río, entre las raíces de un viejo sauce, la corriente les hace moverse con un macabro bamboleo...

06 febrero 2006

Crónica: Saliendo de las cavernas Infernales (y II)

Queridos amigos seguiremos narrando las aventuras que quedaron en suspenso, de nuestros intrépidos heroes, aquellos que se encuentran en las profundidades de la misma tierra, huyendo y luchando cara a cara contra los servidores de la oscuridad. Sin más preámbulo dejo de parlotear y comienzo a narrar....

Dejada atrás la masacre, el peculiar grupo de guerreros formado por El mulo, Neon, Cornellius, el monje, Tavik y Falwik, prosiguieron montados en las vagonetas tunel arriba. Pasadas las horas y en previsión de una persecución inminente, dado el rastro dejado a su paso, se bajaron de su "comodo" medio de transporte para tomar un tunel transversal de menor tamaño. De esta manera fueron cambiando de tuneles para intentar despistar a todo posible perseguidor, hasta que, previsiblemente, un par de días después, se encontraron con un nuevo ensanchamiento de un tunel desde el cual se oian los iconfundibles aullidos de esas sucias criaturas que son los Giaks.
Se adelantaron Neon y Cornellius para investigar, y para su regocijo una ráfaga de aire fresco anunciaba el final del tunel, y una posible salida del infierno subterraneo en el que se encontraban. En una pequeña caverna se encontraban dos trolls dentro de unas fuertes jaulas metálicas, y más allá la luz del día.
El mulo no tardó en empalar con su mandoble a los dos trolls encerrados, y ya más tranquilos salieron a ver la luz del día.
El espectáculo no era muy alentador, la caverna daba al interior de un fuerte giak con una empalizada de tres metros de alto. Entre la salida de la caverna y la empalizada, diez extrañas construcciones a modo de gigantescos hormigueros hacían las veces de viviendas o dormitorios de estas repugnantes criaturas, además un hormiguero de mayor tamaño se encontraba en el centro del fuerte, posiblemente el dormitorio del jefe de este fuerte. También había una especie de cercado que contenía en su interior a cinco horribles y enormes lobos negros de siniestro aspecto.
La empalizada estaba custodiada por giaks en constante guardia, la única ventaja apreciable, era que la vigilancia parecía estar centrada hacia el exterior del fuerte, no hacia el interior.

Una amplia discusión sobre que hacer a continuación se extendió durante varías horas, mientras el sol bajaba hacía su ocaso, se propusieron varias opciones:
- Quedarse escondidos hasta la mañana en el interior de la caverna, eliminando a todo giak que se adentrase en la cueva, y por la mañana aprovechando la luz del día, intentar una huida.
- Salir lo antes posible, aprovechando la poca luz que queda, y así pillar por sorpresa a estas viles criaturas.
- Entrar en la construcción mayor, esperando encontrar en su interior al jefe y secuestrarlo para usarlo como rehen.
Al final contra la opinión de mulo y Cornellius, se decantó hacia la segunda opción. Se señaló un risco que sobresalía a lo lejos sobre el manto de arboles como posible punto de encuentro en caso de disgregación del grupo, y se comenzó poco a poco a salir aprovechando las sombras de la pared de la cueva.
Todo el grupo menos el mulo salió en una dirección, saliendo éste en dirección contraria. Llegaron sin problemas a una zonda de almacenaje, donde había carros, herramientas, y otros utensilios apiñados a la sombra de un tejadillo. Cuando se disponían a seguir andando, un Giak a unos 10 metros de allí dio la alarma señalando con su mugriento dedo en dirección al grupo.
Todos a excepción de Cornellius y el Mulo (que se encontraba a varios metros de allí), salieron corriendo, hacia la empalizada, aprovechando el desconcierto de los vigilantes que no esperaban un ataque desde atras, consiguieron llegar a la empalizada y saltar derribando a un par de Giaks, por el camino, cuando el último de los corredores, saltaba la empalizada, otro Giak descubrió a Cornellius, que hallábase oculto tras un carromato. Empezó a correr hacía las construcciones giak, esquivandolos con gráciles saltos, y quiebros espectaculares, rodeando los enormes hormigueros, acabó llegando a la empalizada, pero cuando se encontraba en la plataforma de los vigias dispuesto a saltar hacia el otro lado, un giak traicionero le embistió por la espalda haciendole caer. En este momento el mulo, salió de su escondite, para acudir en ayuda del pobre muchacho. A partir de aqui comenzó la carnicería, varios golpes propinados por los Giaks, que lo tenían rodeado, le hacían sangrar por numerosas heridas, haciendo uso de una sorprendente fuerza de voluntad consiguió saltar hacia el otro lado de la empalizada, con tan mala suerte que cayó sobre su brazo derecho, rompiéndoselo. Mientras se levantaba, los ballesteros apostados en la empalizada y en las torres de vigía, comenzaron a dispararle, acertándole varias veces en brazos, y manos. El mulo mientras tanto consiguió evitar a todos los giaks que intentaron cerrarle el paso, e invocando el poder de Gongar (su dios) saltó la empalizada, mientras los alfanjes de sus enemigos silbaban a su alrededor. Así ambos compañeros juntos se alejaron de la empalizada mientras los ballesteros continuaban disparando, impactando una vez más en el pobre Cornellius... finalmente llegaron al refugio del bosque donde tras unos pocos metros más Cornellius, cayó incosciente como consecuencia de sus numerosas heridas. Mulo le cargó sobre sus hombros, y siguió avanzando hacia el punto de reunión.

Durante la huida, unos siniestros aullidos iban poco a poco acortando las distancias, hasta que finalmente una pareja de enormes lobos negros montados por dos pequeños giaks, aparecieron entre los arboles, el mulo soltó a Cornellius y se dispuso a enfrentarse a estas temibles criaturas.
Empuñando en una mano un hacha y en la otra un espada, esperó hasta poder oler el espeso aliento de sus repugnantes fauces, hasta ver el amarillo de sus ojos sedientos de sangre, y entonces arrojó el hacha, que acabó incrustándose en el velludo craneo de una de las bestias, que cayó estrepitosamente al suelo aplastando a su jinete. El otro lobo infernal pasó a su lado, dando oportunidad a su jinete de intentar ensartar con su lanza al mulo, pero este logró esquivar el golpe, dandole tiempo a recoger el hacha y esperar de nuevo a la criatura. Pero el giak y su montura no se acercaron, temerosos del poderoso negro, se mantuvieron al margen mientras con un cuerno, llamaba a sus compañeros. El negro pactó con el giak para que dejase el cuerno a cambio de unas monedas de oro. El giak movido por la avaricia cedió al trato, y cuando dejó el cuerno y fue hacia las monedas, el negro lo espantó quedandose pues, con el cuerno y el dinero...

Unas horas despues, llegaron al punto de encuentro donde el resto de los compañeros esperaban. Una vez más el monje hizo uso de sus habilidades místicas para sanar parcialmente las heridas del pobre Cornellius, que permanecía inconsciente. Montaron una camilla improvisada, con unas pieles de troll que el mulo portaba, y siguieron la marcha, para alejarse de sus perseguidores y para buscar un río que les ayudara a orientarse, pues desconocían en que parte de Raabe se encontraban.
Al día siguiente, gracias a las milagrosas artes del monje, Cornellius recuperó la consciencia, y llegaron a un pequeño torrente, que fueron siguiendo hasta encontrar un río mayor, que a su vez les condujo hasta un gran río que finalmente reconocieron como el Aloe, es decir, que se encontraban al norte de la Espina, ¡habían cruzado la gran cordillera por debajo!
Ante esta nueva perspectiva decidieron seguir rio abajo hasta llegar a alguna ciudad, pero lo que encontraron fueron los signos de la devastación propia de los giaks, granjas arrasadas, hombres, mujeres y niños cruelmente asesinados. Durante el camino, un grupo de supervivientes se han unido al grupo, formado por una mujer y tres niños, cuya familia fue exterminada. Estos supervivientes, aportaron nueva información a nuestros heroes, parece que un señor de los reinos del norte se ha aliado con las oscuras fuerzas que rigen a los Giaks, su nombre Lord Vushep del clan Findal, señor de la fortaleza de Cabeza del Lobo y de la ciudad de Lakoburgo...